martes, 7 de febrero de 2012

La habitación del Duque Coleman



El suelo era frío y húmedo, como el ambiente, estaba recubierto por una delgada capa de moho que ascendía por las paredes como una enredadera, se metía por las rendijas de las piedras sellando la habitación de corrientes de aire.
La única decoración de las paredes era un viejo grillete (ya inutilizado) y una diminuta ventana en la que no cabía ni un jarrón.

Por esta ventana se colaban notas musicales de pájaros del campo, sonidos de caballos tirando de carros, y un sinfín  de voces que murmuraban al pasar. Pero lo más importante era que por esta ventana entraba un rayo de luz, no uno cualquiera. A las siete en punto de la tarde entraba una majestuosa luminosidad que daba a parar exactamente al lugar donde el Duque Coleman se tumbaba a reflexionar.

Muchos decían que a este hombre se le había ido la cabeza, que no estaba bien de los sesos, que necesitaba que un médico lo viese. Incluso la señorita Miller, su criada, murmuraba a sus espaldas comentarios acerca del comportamientos del Duque.

Pero a él le daba igual. Todos las tardes, tras un paseo por el jardín subía tranquilamente a aquella habitación  del torreón. Ahí se tumbaba en un gastado colchón a pensar. Poca gente sabía qué hacía el Duque ahí, y los que lo sabían se preguntaban que le tenía tan preocupado al señor.
No sabían lo infeliz que era este hombre. Estaba solo como nadie en la tierra, sin hijos ni mujer, ni tan siquiera hermanos. ¿Quién se acordaría de él al morir? Solo el viejo colchón, el grillete de la pared y la luz de las siete se preguntarían que fue de él.

2 comentarios:

  1. ¡Qué bien! Me encanta.

    En mi opinión, estas pocas palabras no tienen ni punto de comparación con otros escritos que has publicado. Creo que has madurado muchísimo la narración; se nota de verdad.

    Me alegro mucho también de ver el tema que has escogido, y el ambiente que le has dado a los párrafos :)

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    Si no te parece mal, te hago una pequeña crítica que no sé si alguien llegará a decirte —yo es que soy un friki de la ortografía, lo siento.

    El uso del paréntesis tal y como lo has puesto, en «(ya inutilizado)», en realidad no está del todo bien. Sólo suelen utilizarse cuando el comentario es independiente a lo que hace referencia. Mira el ejemplo de la wikipedia:

    «Con este último pedido (espero que comprenda la tardanza) concluimos la operación.»

    Si no me equivoco, en tu caso has de poner simplemente comas o bien guiones largos. http://buscon.rae.es/dpdI/SrvltGUIBusDPD?lema=par%E9ntesis

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    Enhorabuena otra vez, y espero que publiquéis muchas cosas. ¡Ya os he añadido a mi reader para no perderme ni una! :)

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  2. ¡Hola, Sofínder!

    Siguiendo el comentario-puntilla de Jacobo, te diré que falta una tilde en el último "que", o sea "´qué". "Se preguntarían qué fue de él".
    Por lo demás, ya sabes que me gusta. Y la idea es graciosa. Lo que me resulta curioso es que os vayáis a unos nombres tan exóticos y tan extranjeros. Pero tienen su punto.

    Bueno, mi chica, que me voy a poner a leer yo misma con mi libro que me regalaste.
    Un beso para los dos escribientes.

    Sara

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